En Londres hay muchas cosas que hacer y que ver, sin embargo, una de las paradas obligatorias es la Torre Gherkin, un majestuoso edificio cuya curiosa forma parecida a un pepino le han acabado por dar ese nombre. El edificio, que alberga entre sus oficinas a grandísimas empresas y personalidades como Sky News o Swiss Re, es también escenario de grandes eventos, bodas y reuniones entre grandes compañías o autoridades.
30 St. Mary Axe es su nombre oficial, y está ubicado en el distrito financiero de la capital inglesa. Se trata de un rascacielos neofuturista que no deja indiferente a nadie, cuenta con 180 metros de altura y 40 plantas. Esta gran obra de ingeniería fue construida con ciertos criterios ecológicos, y es que, gasta un 50 % menos energía que un edificio convencional. Además, expulsa a la atmósfera la mitad de emisiones de carbono que otros edificios de la misma envergadura.
La Torre Gherkin estuvo en concurso de acreedores en 2014
Cuesta creer que un edificio tan impresionante que desborda dinero a raudales y que sus inquilinos son multinacionales que generan decenas o incluso cientos de millones al año, pueda entrar en concurso de acreedores, sin embargo, así fue.
El motivo de que esto pasara fue la mala estrategia empleada por IVG Inmobilien, uno de los dos socios propietarios del edificio quien, en el momento de la compra del mismo pagó su parte del edificio con financiación en francos suizos.
El pasar de los años ha provocado que la moneda suiza ha ido adquiriendo cada vez más valor, asemejándose siempre más al valor de la libra, quien además ha ido perdiendo poder adquisitivo a raíz del Brexit. Con todo, la deuda aumentó hasta tal punto que el dinero de la hipoteca era exageradamente superior a lo que lograba obtener de los alquileres dentro del mismo y, con todo, a los propietarios no les quedó más remedio que presentar concurso de acreedores para poder hacer frente a la deuda.
Sus propietarios trataron de convertirlo en sostenible, pero fracasaron
Poco antes de que el edificio entrase en concurso de acreedores, allá por el 2013, sus propietarios comenzaron a utilizar una gran cantidad de enormes paneles vegetales. Se esperaba que la humedad obtenida a través del aire fuese más que suficiente como para permitir que las plantas obtuviesen la cantidad necesaria de agua para su crecimiento.
Del mismo modo, se esperaba que la iluminación natural interior aumentase, se produjese un aislamiento térmico en su interior, se generaría energía eléctrica para todo el edificio, se haría un uso absoluto del reciclaje de materiales y, además, se produciría un aumento de las rentas. La idea, en definitiva, era que la torre utilizara menos de la mitad de la energía que necesitan otros edificios con aire acondicionado en la ciudad para el abastecimiento del mismo.
Sin embargo, por unas razones o por otras esta idea no siguió adelante y, tal y cómo puede apreciarse en la actualidad, no existe ni rastro de dichos paneles vegetales que se introdujeron en 2013.
El origen de la Torre del Mileno
La torre Gherkin se inauguró oficialmente en el año 2004, sin embargo, mucho antes de que eso ocurriera, en 1992, sobre ese mismo solar se levantaba el edificio Baltic Exhange, el cual quedó gravemente dañado tras un atentado terrorista realizado por parte del IRA.
Durante ocho largos años, las autoridades y los propietarios debatían sobre qué hacer al respecto, si reconstruir el edificio o demolerlo por completo para construir otro. Finalmente, optaron por esta segunda opción y el encargado de formar uno nuevo fue el arquitecto Norman Foster, quien tuvo que tener en cuenta aspectos tan relevantes como evitar problemas medioambientales, crear un sistema natural de ventilación, generar calefacción solar pasiva en las épocas más frías y hasta evitar problemas de tráfico en las calles colindantes.
Con todo se optó por crear un edificio con esta peculiar forma de pepino que cuenta con oficinas, viviendas residenciales y un gran y lujoso restaurante abierto tanto para quienes utilizan el edificio todos los días, como para quienes desean realizar allí fiestas privadas. Cuenta quienes lo han visto que las impresionantes vistas panorámicas que pueden verse desde los pisos 38 y 39 te dejan sin palabras. Nosotros, mientras tanto, podemos contemplarlas desde el espacio, gracias a Google Maps.
